Existen 3 tipos de pruebas:
-Pruebas biológicas: Como la disposición y estructura de los huesos y órganos vestigiales.
La prueba definitiva de la evolución es el hecho de que todos los organismos vivos posean el mismo sistema de transmisión de la información, el ADN, y que compartan las mismas proteínas y reacciones químicas.
Por ejemplo el fémur de la ballena es un hueso vestigial.
-Pruebas biológicas: Como la disposición y estructura de los huesos y órganos vestigiales.
La prueba definitiva de la evolución es el hecho de que todos los organismos vivos posean el mismo sistema de transmisión de la información, el ADN, y que compartan las mismas proteínas y reacciones químicas.
Por ejemplo el fémur de la ballena es un hueso vestigial.
-Pruebas paleontológicas: Es decir los fósiles. De momento, se han clasificado unos 300.000 fósiles diferentes. Toda la vida queda interrelacionada y se remonta hasta el origen, como senderos que nos conducen hasta una única puerta.
Por ejemplo: el árbol de la vida.
-Pruebas moleculares: Se basan en la suposición de que las mutaciones suceden a un ritmo constante. A partir de las diferencias en los genes entre dos especies o grupos podemos averiguar su parentesco y el momento de separación.
Por ejemplo, los humanos y los ratones poseemos el 99 % en comun en cuanto a los genes.
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